Según la Organización Mundial de la Salud, la obesidad es una de las enfermedades más alarmantes de los países desarrollados, pues entraña grandes riesgos para los 400 millones de personas que la padecen.
Esta enfermedad crónica, caracterizada por un excesivo acúmulo de grasa, puede originarse por factores tan diversos como la herencia genética o trastornos del sistema nervioso o endocrino, aunque sus causas más directas son una alimentación con demasiadas calorías y la falta de ejercicio. Pero la obesidad esconde igualmente, en un alto porcentaje de los casos, problemas de carácter emocional.
Quererse para comer bien
La acumulación de tejido graso viene dada fundamentalmente por una dieta rica en calorías, por lo que una correcta nutrición es clave para evitar y luchar contra la obesidad. Sin embargo, hay que tener en cuenta que detrás de una dieta desordenada no solo pueden existir malos hábitos alimenticios sino también algún trastorno emocional que genere un desmedido deseo de ingerir alimentos con mucha azúcar o grasa. Por este motivo, cualquier cambio de hábitos encaminado a luchar contra la obesidad mediante una dieta saludable debe ayudarse no solo de la práctica de ejercicio sino también de un aumento de la autoestima.
Alimentación saludable
Después de tomar la trascendental decisión de cuidarse es necesario conocer los alimentos que van a convertirse en los mejores aliados contra la obesidad, y para ello es imprescindible recordar la pirámide alimenticia y volver a la dieta mediterránea.
Los hidratos de carbono son esenciales y no hay que tenerles miedo, pero sí decidirse por los cereales integrales, pues son más ricos en nutrientes y contienen fibra y menos calorías. Las fascinantes legumbres (garbanzos, lentejas, soja, judías) deben estar igualmente presentes, ya que no solo son fuente de energía sino también de proteínas vegetales, fibra, vitaminas, calcio o hierro. Es esencial también para evitar la obesidad tomar variadas frutas y hortalizas (también de hoja verde), pues nos aportan muchas de las vitaminas y minerales necesarios. Y los frutos secos y el aceite de oliva, tomados en pequeñas cantidades, nos proporcionarán las grasas saludables necesarias.
Si se consumen alimentos de origen animal debe hacerse moderadamente (mejor pescados azules) y eligiendo los que tengan menos grasa, pues resulta mucho más beneficioso obtener proteínas, calcio, hierro o grasa de los alimentos vegetales, que además se digieren mejor.
Hábitos saludables
Pero no es solo importante elegir los alimentos adecuados sino también prepararlos de la forma correcta, pues unos ricos calabacines asados con un chorrito de aceite de oliva poseen menos calorías que si están fritos. Para acabar con la obesidad deben eliminarse de nuestros hábitos alimenticios los fritos, la bollería industrial o las salsas compradas, pues se pueden tomar platos muy sanos y apetitosos con muchas menos calorías. Y, de vez en cuando, hasta probar un rico bollo integral relleno de fruta hecho en casa con poco aceite y azúcar.
Para comer bien hay que empezar por comprar bien, de esta manera la despensa solo contendrá alimentos saludables que ayuden a seguir un plan semanal equilibrado. Es importante igualmente realizar cuatro comidas al día no demasiado abundantes y tomarse la hora de la comida como una ceremonia dedicada a uno mismo. Comer despacio, sentado, saboreando bien los alimentos y siendo consciente de sus beneficios. Una buena ensalada no puede faltar por la noche, pues dormir bien es asimismo esencial, y a lo largo del día es necesario beber suficiente agua para eliminar fácilmente las toxinas.
Combinar una sana alimentación con deporte o ejercicio desde niños creará unos hábitos que no se perderán en la madurez. Recordemos que un buen paseo por tu ciudad nunca viene mal y que no hay que proponerse solo luchar contra la obesidad sino también comer de forma sana y ser feliz.