La pérdida de un o más dientes es algo a lo que nadie se querría enfrentar, pero el paso del tiempo, y a veces unos inadecuados hábitos de higiene, van haciendo que las piezas dentales naturales se debiliten y se pierdan para siempre. Afortunadamente la técnica ha avanzado tanto que ya podemos tener piezas dentales artificiales o implantes capaces de suplir dicha pérdida y de hacerlo con la misma apariencia y eficiencia.
Lo que está claro es que, sea cual sea la causa subyacente de la pérdida de los dientes, debe ser un problema tratado lo antes posible y con la ayuda de profesionales para que podamos volver a sonreír y a seguir con nuestros hábitos diarios sin preocupaciones. Y para ello han surgido precisamente los llamados implantes dentales all on 4, diseñados para resolver ese problema dental tan acuciante y habitual que es la pérdida dental, y reconstruyendo la boca de la forma más completa, estética y funcional. Pero veamos más en profundidad en qué consisten este tipo de implantes y cuáles son sus diferencias con respecto a otros.
Implantes all on four. Estas son sus ventajas
Existen muchos tipos de implantes y dientes postizos o artificiales que incluso siguen poniéndose hoy en día de manera habitual, pero la técnica ha hecho posible que salgan al mercado otras alternativas mucho más prácticas, capaces de resolver problemas que esos otros sistemas de dientes artificiales aún no han resuelto. Es el caso de la movilidad o no del diente artificial, por ejemplo. Las dentaduras postizas tradicionales, aunque más económicas, suelen asentarse (y no fijarse) simplemente sobre las encías, lo que conduce a que se muevan y se aflojen provocando muchas situaciones incómodas, y eso a pesar de la existencia de diferentes tipos de adhesivos, que en realidad suelen dificultar aún más si cabe las posibilidades de comer, beber y llevar una vida normal.
Pero una dentadura postiza no solo se mueve cuando uno no quiere dificultando con ello el comer, sino que va produciendo también una pérdida gradual de la densidad ósea como consecuencia de la pérdida del diente natural en las encías. Y es que, cuando los dientes se pierden, ya sea por accidente o por problemas de salud, la presión que nuestro diente natural ejercía sobre el hueso mandibular cesa y los huesos comienzan a perder fuerza y densidad con el paso del tiempo.
Y para acabar con todos estos problemas nacieron precisamente los implantes all-on-4, capaces de proporcionar una adhesión eficaz y segura con la incrustación de los implantes de anclaje a nuestra mandíbula, de manera que no cesa la presión que ejercían nuestros dientes naturales y podemos seguir manteniendo nuestra fuerza en la mandíbula y nuestra densidad ósea. Todo esto significa, además, que el paciente no tendría que preocuparse ya a la hora de comer de que se le vaya a mover la dentadura, por ejemplo, lo que sin duda es un plus de tranquilidad y calidad de vida muy a tener en cuenta.
Pasos para ponerse este tipo de implantes
En primer lugar, si nos planteamos la posibilidad de ponernos unos implantes all-on-4, deberemos acudir al dentista para que nos realice un estudio adecuado y nos asesore con toda la información posible. En consulta se nos realizaría un examen completo de nuestra boca, lo que seguramente incluiría también un repaso de nuestros problemas de salud y hábitos de higiene, así como pruebas de imagen con el fin de identificar todos los problemas posibles. Después recibiríamos la información sobre el proceso y sobre si somos buenos candidatos o no para este tipo de implantes. Si es así, se planificaría la fecha para el diseño de la prótesis y la colocación de los implantes, algo fundamental para que el proceso sea un éxito y con la mayor precisión posible.
Para conseguir esto, se hacen impresiones de la mordida de los dientes y con ellas se crean los moldes con los que se comprobarán cosas como el ajuste y el tamaño de los implantes all-on-4. Cuando al fin todo esté preparado y medido se pondrá fecha para la cirugía, momento en el que si aún queda algún diente, resto, o tejido afectado en las encías, se eliminará antes de marcar los puntos de inserción de los implantes en el lugar correspondiente y definitivo. Este proceso terminará con la colocación de una prótesis provisional mientras la boca va sanando, algo que servirá de paso para que el paciente se acostumbre a la mordida. A su vez, también será necesario que el paciente siga unas pautas estrictas de alimentación (está recomendada una dieta de alimentos blandos) y de higiene bucal, así como muy probablemente la toma de analgésicos, hasta que los implantes se adapten completamente al hueso de nuestra mandíbula.
Tras un proceso de monitorización por parte del dentista, así como de los cuidados oportunos y el seguimiento de la dieta, al cabo de unos 4 o 6 meses (dependiendo de cada caso) se concertaría una nueva cita para el ajuste y la puesta de la prótesis final.
En definitiva, los implantes all on abren una nueva ventana llena de luz a las personas que tienen que enfrentarse a la pérdida de los dientes naturales, con todos los problemas de autoestima y de socialización que esto puede causar. Diseñados con una tecnología precisa y avanzada, el paciente podrá, tras la culminación del proceso, contar con unos dientes provistos de una apariencia natural y con un ajuste perfecto y definitivo que no les jugará malas pasadas y que, sin duda, les devolverá la sonrisa.