Enfrentarse a la necesidad de usar implantes dentales puede no ser algo fácil, pero si dichos implantes encima fallan o producen rechazo, el problema puede ser mayor, por lo que es bueno que estemos completamente informados acerca de los posibles síntomas que la puesta de un implante dental artificial podría generar en algunas personas. Mucha gente, antes de ponerse los implantes dentales se pregunta si el riesgo al rechazo depende del precio de los implantes dentales, del material utilizado, de la técnica o de la experiencia de la clínica dental elegida para el tratamiento, en realidad todos esos factores influyen y algunos más que explicaremos a lo largo de este artículo.
Si tenemos unas nociones mínimas sobre los síntomas típicos de un rechazo de un implante dental, podremos evitar que el problema vaya a más o salvar el implante a tiempo.
Despejar nuestras dudas o inquietudes con el dentista llegado el caso será fundamental, no solo porque puede atendernos de emergencia si la situación es grave, sino porque nos dará las mejores recomendaciones para saber el por qué ha sucedido y las medidas a tomar.
Síntomas de rechazo de un implante dental
Cuando se produce el rechazo de un implante dental casi seguro que habrá dolor, pero las molestias pueden suceder en diferentes zonas, como por ejemplo las encías, la mandíbula o los propios dientes, e incluso darse otras situaciones que también deberíamos conocer:
- Dolor y malestar persistentes
El dolor continuo o severo, pasada ya una semana desde la cirugía, puede significar que se nos ha producido una infección o tal vez daño a los vasos sanguíneos o nervios de alrededor. Si nos enfrentamos a esta situación y el dolor es muy molesto, o muy grande y no cesa, deberíamos acudir a un médico de inmediato para que pueda atajar la posible infección o daño lo más rápido posible. No normalices nunca ese dolor, pues las consecuencias podrían ser graves.
- Inflamaciones y sangrados
El enrojecimiento, la inflamación, el sangrado o la hinchazón en la zona del implante o alrededor en los primeros días tras la cirugía, también puede ser una mala señal, sobre todo si la persona tiene patologías previas como la diabetes o hábitos como el tabaco. Si tenemos este tipo de problemas siempre deberemos consultar con nuestro dentista, porque no hacerlo podría acarrear graves consecuencias al significar, muy probablemente, que nuestro cuerpo está rechazando el implante.
- Dificultad para masticar
Si un implante está bien puesto, lo cierto es que no deberíamos notar nada y la sensación debería ser muy similar o igual a la que tuviéramos con nuestros dientes propios, no causando, por ejemplo, problemas al comer o masticar. Así que, si tenemos problemas para hacerlo tras la colocación de un implante, es posible que no se haya ajustado bien o que se haya aflojado, por lo que deberemos consultar el problema con el especialista para que nos informe sobre si el implante está mal o está fallando por algún motivo.
- Recesión de las encías
Cuando en una boca hay alguna enfermedad de las encías, como la gingivitis, o hay demasiada acumulación de placa, puede producirse la llamada “recesión de las encías”. Esto puede producirse también alrededor del implante, y por eso es tan importante la limpieza exhaustiva y el cepillado de la zona de manera suave. Una boca y unas encías sanas nos evitarán ese susto que puede producir la recesión, además de las molestias, y también que nuestro implante no dé resultado.
- Implante suelto
Un buen implante está diseñado para suplir al diente natural, por lo que deberá ser igual de fuerte o más si cabe. A su vez, el implante debe permitir el crecimiento óseo para que se integre con las nuevas piezas y estas no se tambaleen, de manera que si nuestro implante se mueve tras el proceso, es una señal inequívoca de que hay algún problema que deberíamos resolver.
Otros síntomas de rechazo de aparición tardía
Aunque a priori podríamos pensar que si un implante da problemas lo hará en los primeros días o semanas, lo cierto es que no es así, ya que los problemas podrían llegar incluso un año después, y de ahí la importancia de las revisiones. Pero, ¿qué tipo de problemas o daños podrían suceder tan a largo plazo?
- Daño a los tejidos o a los nervios
Si la colocación de un implante no ha sido la correcta o durante el proceso se ha maniobrado demasiado cerca de algún nervio, podríamos llegar a sentir con el tiempo sensaciones molestas, como el entumecimiento de la cara o una especie de hormigueo, incluso en las propias encías o en la lengua. Si además esas sensaciones o molestias dificultan tareas tan cotidianas como la de comer, será prioritaria la visita a nuestro dentista habitual.
- Lesiones bucales o faciales
Si por la razón que sea sufrimos un accidente, golpe o traumatismo en zonas como la cara o la boca, nuestro implante dental podría verse afectado rompiéndose o aflojándose. Si se produce esta situación deberemos consultar lo antes posible con el cirujano maxilofacial o el odontólogo, ya que podría ser necesario el reemplazo de la pieza existente o un injerto y un nuevo implante.
Cómo prevenir el rechazo de los implantes dentales
Nuestro cuerpo no siempre admite elementos que considera “extraños”, y esto hace que una persona pueda rechazar sin pretenderlo el trasplante de un órgano, por ejemplo. Pues lo mismo ocurre con los implantes dentales. Si esto sucede, casi seguro que experimentaremos dolor, escalofríos, inflamación o incluso fiebre, y puede que mucho tiempo después. Afortunadamente, muchas de las cosas que pueden provocarnos un rechazo es posible evitarlas adoptando unos mejores hábitos de vida y de higiene, pero, ¿cuáles pueden ser esas cosas a evitar para prevenir el rechazo de un implante?
- Cuidar las encías y mantener un nivel de higiene y cuidado adecuados para evitar enfermedades como la periodontitis y la gingivitis.
- Asegurarse de la existencia de hueso suficiente para poder sostener sin problemas un implante y evaluar la necesidad de un injerto óseo si ya se ha perdido mucho, o de lo contrario los implantes se aflojarían.
- Mantener un elevado nivel de higiene para evitar cosas como la acumulación de placa, que puede dar lugar a caries o también a enfermedades de las encías.
- Llevar una dieta equilibrada y saludable es vital para muchas cosas, pero también para que nuestros dientes y nuestras encías estén en perfecto estado y para que nuestro sistema inmunológico funcione como un reloj y seamos menos inmunes a las infecciones, algo especialmente importante cuando se trata de implantes.
- Fumar es sin duda un hábito muy perjudicial y por diferentes motivos, como por ejemplo el hecho de que reduzca nuestro flujo sanguíneo, amarillee nuestros dientes o nos exponga a las bacterias. Por eso, si vamos a someternos a un implante, dejar de fumar será clave (especialmente antes y después de la intervención) para evitar rechazos.