A menudo se relaciona la estética y los cuidados externos del cuerpo con la superficialidad, sin embargo esto no es del todo cierto pues, a veces, la necesidad de realización de un tratamiento estético está totalmente alejada del narcisismo y mucho más próxima a la depresión o a la falta de autoestima. No debemos olvidar que nuestro aspecto es nuestra primera carta de presentación ante el mundo y las personas que lo forman, y que muchas veces una imagen descuidada o afeada puede jugar en nuestra contra como consecuencia de clichés, prejuicios y demás convencionalismos sociales, pero también por el propio estado de ánimo o la timidez.
Es evidente que nada justifica que alguien sea tratado de forma malvada o distinta por su aspecto físico, pero hay que tener en cuenta que los problemas psicológicos o internos que el aspecto físico puede generar en una persona, se deben muchas veces al hecho de no estar satisfechos con la propia imagen (lo que podría acarrear importantes problemas de sociabilidad como consecuencia de inseguridades y temores) y no tanto a la actitud que los demás tengan con uno mismo.
Los complejos pueden limitar mucho la vida del ser humano, conduciéndole incluso al aislamiento, a la timidez y a la soledad, y por eso es tan importante recurrir a la estética en casos en los que del bienestar físico y mental de la persona se trate, como ocurre también con la estética dental.
Tratamientos que devuelven la sonrisa
Cuando se ha perdido la sonrisa, la tristeza y la depresión pueden surgir haciendo cuesta arriba la vida de las personas. Por eso es muy importante saber que existen tratamientos que pueden ayudar a superar los problemas dentales concretos que se sufran, así como a paliar los efectos del paso del tiempo o accidentes como las roturas. Ponerse en manos de un profesional es fundamental para recibir un correcto asesoramiento y para tener la certeza de que recibiremos un tratamiento seguro y capaz de mejorar nuestra salud y nuestros miedos internos. El área de estética dental es un sector dentro de la odontología en continua expansión en la que muchos profesionales siguen actualizándose cada día; proliferan la especialización con cursos de implantología y estética dental impartidos por profesionales con larga experiencia, de ahí que hoy en día se realicen auténticos milagros estéticos que hace tan solo unos años eran inimaginables.
Los tratamientos existentes encargados de devolver el buen estado de los dientes y de mejorar las sonrisas son variados, y el inclinarse por uno y otro dependerá de cada paciente y de sus problemas particulares. En cualquier caso, suelen ser cuatro tratamientos diferenciados los que se aplican en la odontología estética, que resumimos a continuación:
- Ortodoncia: Cuando uno tiene dientes descolocados o malas oclusiones, la mejor solución para conseguir unos dientes más perfectos y alineados es la utilización de un corrector dental. Los hay de diversos tipos, como los brackets, los aparatos nocturnos o los invisaling, pero cuando de superar complejos se trata tal vez la última opción sea la más adecuada, pues es una ortodoncia más cómoda, mucho más aséptica y casi imperceptible.
- Carillas dentales. Las carillas son un tratamiento más dirigido puramente a la mejora de la estética bucodental, pues no están diseñadas para corregir problemas más serios, sino tan solo para ocultar determinadas imperfecciones. Sin embargo, la rapidez con la que pueden ser colocadas las fundas y su precio, hacen que sea una de las opciones más demandadas y populares entre los famosos y personas dedicadas a trabajar cara al público por sus excelentes resultados.
- Los implantes son uno de los tratamientos más complejos, pues supone asumir que faltan piezas dentales en nuestra boca, lo que puede hacer una gran mella en el estado de ánimo del que lo sufra. Pero, al mismo tiempo, también es uno de los tratamientos más importantes por el impacto que tiene en la vida del paciente el poder recuperar las piezas dentales perdidas y volver a tener una boca sana y completa.
- El blanqueamiento dental es uno de los tratamientos que más suelen demandarse, dado que prácticamente nadie posee unos dientes puramente blancos y hoy en día se relaciona dicha blancura con el hecho de poseer una sonrisa perfecta. Sin embargo, estos tratamientos pueden dañar bastante el esmalte del diente y producir a la larga sensibilidad dental, por lo que deben tenerse en cuenta sus efectos y consultarse siempre las dudas con un profesional. En cualquier caso, puede ser una muy buena opción para mejorar la tonalidad de nuestra sonrisa y brillar por donde quiera que vayamos.
Beneficios psicológicos de la odontología estética
La sonrisa es un signo de alegría, de entusiasmo, de ilusión…de ganas de vivir; pero los complejos muchas veces se apoderan de ese estado de ánimo haciendo que queramos esconder nuestros dientes de los ojos de los demás o que renunciemos a reír y a sonreír abiertamente. Esto puede ir minando la confianza y haciendo que perdamos esa naturalidad y espontaneidad que proporciona siempre el sentirse a gusto con uno mismo.
Y es precisamente en este sentido en el que trabajan los profesionales con los tratamientos odontológicos de estética, con el ánimo de mejorar la vida de todas aquellas personas que hayan perdido la ilusión y las ganas de reír a boca llena por culpa del estado de su boca o dientes, sea por la razón que sea. Tener una buena imagen puede ser importante, pero aún lo es mucho más el mostrarnos ante los demás sin miedos, tal como somos, y transmitiendo la alegría y la confianza en ellos que depositamos en nuestra propia persona.
Una buena sonrisa puede transmitir felicidad, placer, simpatía, comprensión, amistad…y es que nuestro cerebro capta esa luz que emiten las sonrisas perfectas y luminosas, acompañadas de miradas brillantes y cargadas de júbilo. Sonreír es mantenerse vivo y saludable, así como regalar momentos de felicidad a los que nos rodean, por lo que puede merecer mucho la pena someterse a un tratamiento estético de la sonrisa para vivir mejor y más feliz. Por eso, cuando nuestro exterior afecta de manera notable a nuestro interior y a la forma en que nos sentimos y nos relacionamos con el mundo, deja de ser un asunto meramente decorativo o superficial, convirtiéndose en un asunto relacionado con el bienestar físico y emocional.