La ciencia y la medicina han colocado a las células madre en el punto de mira de la actualidad. Asistimos a pruebas, ensayos y debates éticos sobre el uso de estas células madre para tratar enfermedades y lesiones. Muchos especialistas apuntan con el dedo como una solución de cara al futuro en la medicina regenerativa. Pero son muchas las preguntas y dudas sobre las células madre que generan cierto debate en nuestra sociedad. Vamos a conocer en qué consiste este avance revolucionario y su aplicación en la medicina.
Qué son las células madre
Las células madres son el origen del cuerpo humano, es decir, a partir de ellas se crea el resto de células. Por tanto, cada célula madre se divide formando otras células, cada una con sus funciones vitales distintas, ya sean células cerebrales, sanguíneas, óseas o musculares. Se caracterizan porque tienen una capacidad de regeneración, de la que carecen el resto de células del cuerpo humano.
Hay varios tipos de células madre. Embrionarias, adultas y perinatales. Vamos a ver en qué consiste cada una.
Células madre embrionarias
Tal y como su nombre indica, son las que provienen de embriones de entre 3 y 5 días de vida. Tienen la peculiaridad de que se pueden convertir en cualquier tipo de célula del cuerpo. Y se utilizan para reparar órganos o tejidos que están enfermos o dañados.
Células madre adultas
Se encuentran en los tejidos adultos, por ejemplo, en la grasa o en la médula ósea. Esta última es la fuente principal de células madre para los adultos. Los continuos ensayos clínicos han demostrado que sí pueden crear distintos tipos de células.
Células madre perinatales
Son también células madre adultas, que se encuentran en el líquido amniótico y en el cordón umbilical. Tienen también la capacidad de convertirse en otras células especializadas. Es la principal fuente de células madre para los niños.
Para qué sirven las células madre
La ciencia y la medicina van de la mano en los ensayos con células madre para avanzar en distintos caminos. Las células madre que se obtienen del propio tejido sirven para regenerar tejidos como cartílago, hueso, piel o músculo. Y las que se obtienen directamente de la sangre se utilizan para tratar enfermedades del sistema sanguíneo o inmune. ¿Pero, qué usos tienen en la medicina?
Para estudiar ciertas enfermedades
Los científicos estudian el desarrollo madurativo de las células madre hasta que forman las células óseas, las que afectan al corazón, las de los nervios y otros órganos y tejidos. De esta forma pueden conocer cómo se desarrolla una enfermedad determinada.
Para la medicina regenerativa
Las células madre pueden generar células sanas que reemplacen a las enfermas, de esta forma se puede reparar tejido dañado. Por ejemplo, se puede aplicar en enfermos con lesiones en la médula espinal, con Parkinson, con esclerosis, Alzheimer, con diabetes tipo 1, a personas con problemas cardíacos, quemaduras, cáncer y osteoartritis. Se abre una puerta a la curación gracias a la posibilidad del trasplante (sin necesidad de órganos de donantes) y de la medicina regenerativa.
Ensayos farmacológicos
Gracias a las células madre se pueden probar nuevos medicamentos. Antes de experimentarlos con personas, los investigadores echan mano de este tipo de células para probar su seguridad y eficacia. Por ejemplo, si se quiere probar un nuevo fármaco para el sistema nervioso, se genera previamente células nerviosas a partir de la célula madre.
Cómo se obtienen las células madre
Tanto las células embrionarias como las adultas se pueden obtener directamente desde el lugar donde se encuentren, médula ósea, de la sangre, o cordón umbilical. Luego se pueden conservar y cultivar durante mucho tiempo en unas condiciones específicas.
Médula ósea
Para conseguir células madre de esta parte del cuerpo hay que punzar en los huesos de la parte posterior de la cadera.
Sangre
Desde aquí no se obtiene muchas células madre, pero hay ciertos métodos para llevar más cantidades desde la médula hacia la sangre, se conoce como los progenitores de sangre periférica y es muy eficaz para la recuperación de la función medular tras un trasplante.
Cordón umbilical
Se puede obtener una gran cantidad de células madre, que se pueden utilizar posteriormente para un trasplante. Después del parto, se corta el cordón y se recoge la sangre directamente de ahí y de la placenta. Para conservar las células en condiciones óptimas hay que congelarlas y mantenerlas así hasta que se necesitaran para un trasplante.
Estas células son llevadas a laboratorios especializados. Allí se manipulan para especializarse en distintos tipos de células, que luego puedan ser trasplantadas a personas enfermas.