La preocupación por el estado de nuestra salud aumenta cada vez más, lo que repercute también en una mayor necesidad de control a casi cada momento, y sobre todo en cuanto a enfermedades y trastornos que tienen gran incidencia entre la población de nuestro país y del resto del mundo se refiere, como es el caso de la hipertensión arterial.
La Organización Mundial de la Salud calcula que solamente en España habrá alrededor de 15 millones de personas en situación de hipertensión, diagnosticados y sin diagnosticar, lo que convierte la hipertensión arterial en uno de los trastornos más comunes y habituales de la sociedad.
La hipertensión es una patología que suele afectar a personas de mediana edad y de edad avanzada, y que suele estar relacionada con otras enfermedades. Las consecuencias de la hipertensión arterial, sobre todo cuando no está controlada o se desconoce incluso su padecimiento, pueden ser tales como los problemas de corazón, de visión, de riñones, o incluso del cerebro. Es decir, que la hipertensión puede acarrear con el tiempo consecuencias muy peligrosas para la salud, por lo que son muchas las personas que optan por llevar un control diario de su tensión en casa para evitar sobresaltos.
¿Cómo medir la presión arterial en casa?
En primer lugar, para poder medir la tensión arterial en nuestra casa, necesitaremos tener un tensiómetro. Este tensiómetro podrá ser digital o aneroide, que es el habitualmente utilizado por los profesionales de la medicina compuesto por una perilla para insuflar aire y un contador con aguja. Además, para acertar a la hora de elegirlo, podemos seguir otra serie de criterios básicos, como pueden ser el tipo de pantalla que tenga, su tamaño, que disponga de sonido o no, o su precio más o menos elevado. Otro de los aspectos que se puede tener en cuenta es si querremos que nos mida la tensión por el brazo, por la muñeca o por el dedo, aunque sin duda la medición a través del brazo es la forma más efectiva para la obtención de unos datos más precisos.
Es muy importante que cualquier aparato que utilicemos para medir nuestra tensión en casa esté debidamente homologado y, en el caso de que ya seamos personas diagnosticadas de hipertensión, debe ser nuestro médico el que se encargue de guiarnos en cuáles son las cifras máximas (sistólica) y mínimas (diastólica) que podamos tener para encontrarnos en unos límites aceptables a la hora de la medición.
Para obtener una mayor precisión en los tramos es recomendable medir la tensión tres veces, con una parada de unos dos minutos entre medición y medición, ya que el valor de nuestra tensión puede oscilar arriba y abajo por múltiples factores. En consecuencia, hacer la medición tres veces casi consecutivas, nos ayudará a encontrar el valor más certero, lo cual conseguiríamos eliminando la primera cifra y haciendo una media clásica entre las cifras que obtengamos en segundo y tercer lugar.
Consejos prácticos para medir la tensión arterial
- Estar relajado y colocarse en una posición que resulte lo más cómoda posible.
- Colocar bien el brazalete del tensiómetro, de forma que el borde inferior del mismo no supere la distancia de 3 centímetros hasta el codo.
- Mantener la vejiga vacía para que no se incrementen los niveles de estrés durante la prueba.
- No apretar en exceso el brazalete antes de comenzar, lo ideal es que pueda entrar la punta de un dedo de la mano para que tenga la tensión correcta.
- No realizarse la toma de la tensión justo después de comer, de ingerir alcohol, nicotina u otro tipo de sustancias estimulantes como la cafeína.
Cómo utilizar un tensiómetro digital
Los tensiómetros digitales pueden ser automáticos o manuales, y en el caso de los primeros el propio tensiómetro tendrá un botón por medio del cual inflar el brazalete, algo que en el caso del modelo manual habrá que hacer manejando y pulsando una perilla de goma. Una vez inflado por completo, el tensiómetro se dispondrá a hacer la lectura de la tensión, lo cual reflejará al cabo de un rato en la pantalla, mostrándose en primer lugar el valor sistólico y en segundo lugar el diastólico.
Antes de finalizar el proceso, hay que presionar el botón de escape del aire insuflado.
Pasados unos minutos, puede repetirse el proceso para obtener unos valores más precisos.
Cómo utilizar un tensiómetro aneroide
El tensiómetro aneroide se compone de un estetoscopio, como el utilizado habitualmente en la medicina. Los auriculares del mismo deben ponerse en los oídos, y el disco metálico introducirlo dentro del brazalete, por la cara interna del brazo y un poco por encima del codo, de manera que parte del disco quede en el interior del brazalete y la otra parte fuera del mismo.
A continuación hay que inflar el brazalete con la goma de forma rápida, fuerte y constante, ya que una velocidad lenta podría proporcionarnos unos valores erróneos. Hay que inflar hasta que el contador marque un valor de 30 o 40. Después habrá que utilizar la válvula para que vaya escapando el aire, y será justo en ese momento cuando comencemos a escuchar los latidos del corazón, los que habrá que medir observando la numeración que vaya presentando al ritmo de los latidos el medidor. La lectura de la aguja que presente el primer sonido, será lo correspondiente a la presión sistólica. Cuando los latidos dejen de escucharse, deberemos comprobar de nuevo la aguja del medidor, ya que ese será el valor de la presión diastólica.
Los tensiómetros aneroides presentan, a priori, una mayor complejidad que los digitales, por eso son los que más frecuentemente vemos en las consultas de medicina y enfermería y no en los hogares, lo que no quiere decir que no puedan adquirirse igualmente.
Debemos ser conscientes, en el caso de querer utilizar un tensiómetro en casa, que la recomendación del propio médico o farmacéutico será de vital importancia para poder analizar los resultados de la tensión con la mayor eficacia posible, evitándose de este modo resultados erróneos o falsas interpretaciones que puedan preocupar a la persona innecesariamente.