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Brackets metálicos, tipos, ventajas e inconvenientes y precio

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Los brackets metálicos son parte indispensable de la mayoría de ortodoncias. De hecho, ayudan a resolver problemas de mordida y de apiñamiento dental tanto en jóvenes como en adultos. Aquí queremos contarte todo lo que debes saber sobre ellos.

¿Qué son los brackets metálicos?

En concreto, se trata de pequeñas piezas de metal que se adhieren a la superficie interior o exterior del diente en función del tipo de ortodoncia aplicada. Son los soportes que aplican la fuerza ejercida por el arco sobre cada pieza dental con el objetivo de que se mueva y se sitúe en el lugar deseado dentro de la boca.

Los brackets metálicos están formados por tres elementos:

  • La base visible que se adhiere al diente.
  • Una hendidura por la que pasa el arco.
  • Ligaduras, generalmente pestañas o gomas elásticas, que los sujetan al arco.

Ventajas de los brackets metálicos

  • Son resistentes y muy duraderos.
  • Pueden utilizarse para tratar cualquier tipo de malformación en los dientes o de maloclusión.
  • Las gomas se pueden colocar de colores para minimizar su impacto visual.
  • Suponen la opción más económica entre todas las disponibles respecto a los tratamientos de ortodoncia.
  • Se pueden volver a colocar fácilmente aunque se caigan.
  • Son muy fáciles de limpiar y, además, permiten al usuario detectar fácilmente restos de comida que se haya acumulado en ellos.
  • Es posible colocarlos en la cara externa o interna del diente.
  • Son más pequeños que los brackets transparentes o de porcelana.

Inconvenientes de los brackets metálicos

  • Cuando la comida se acumula en el arco puede ser difícil de retirar.
  • Estéticamente, son los menos agradables y los más difíciles de disimular. Por ello, no suelen ser recomendados para personas a las que les importe mucho su imagen.

¿Cuánto cuestan los brackets metálicos?

Depende del caso. Sin embargo, de media, el precio de una ortodoncia con brackets metálicos que incluya el estudio y diagnóstico, las revisiones y los retenedores, suele rondar entre los 2500 € y los 3000 €.

Cuidado y mantenimiento de los brackets metálicos

Para que los brackets metálicos permanezcan en perfecto estado todo el tiempo que dure el tratamiento de ortodoncia, es necesario seguir las siguientes recomendaciones:

Higiene bucodental

  • Cepillar los dientes después de cada comida o, al menos, 3 veces al día.
  • Usar un cepillo interpoximal para limpiar correctamente los brackets y eliminar cualquier resto de comida.
  • Dedicar un tiempo especial a los alrededores de los brackets para impedir que se acumule sarro.
  • Usar siempre seda dental y enjuagues bucales para rematar la limpieza.

Alimentación

  • No comer alimentos muy duros que puedan despegar los brackets.
  • Cortar los alimentos grandes en trozos pequeños.
  • Reducir al mínimo el consumo de carne y demás alimentos fibrosos y pegajosos.

Revisiones

  • Hay que acudir a revisión con el dentista cada 6 meses para que retoque el arco y ajuste los brackets.
  • Acudir al dentista rápidamente si se rompe un bracket o un elástico intermaxilar.

Brackets metálicos: materiales

Los brackets metálicos pueden estar fabricados en cualquiera de los siguientes materiales:

  • Acero inoxidable: es el más utilizado. Se trata de una variante biomédica que incluye níquel y que no produce rechazo ni alergias. Ofrece unos resultados excelentes y está disponible a un precio bastante económico.
  • Titanio: ofrece unas prestaciones muy similares al acero inoxidable. De hecho, se emplea como sustituto de este cuando el sujeto presenta alguna intolerancia al níquel. Es todavía más resistente, pero también más caro.
  • Zirconio: este material se utiliza para disimular la presencia de los brackets. ¿El motivo? Es de color blanco y simula muy bien la estética del diente.

Tipos de brackets metálicos

Existen, fundamentalmente, tres tipos de brackets metálicos, cuya forma depende del tipo de ortodoncia en el que se integren:

  • Brackets convencionales: son aquellos que se colocan en la cara externa del diente, es decir, en la visible. Hay alternativas ‘mini’ que ocupan entre un 30 % y un 40 % menos de espacio, pero siguen siendo muy visibles. Es la opción más habitual y económica.
  • Brackets autoligables: son prácticamente idénticos a los brackets comentados anteriormente. Sin embargo, en lugar de gomas elásticas, disponen de pestañas o clips para mejorar la sujeción y fijación al arco. También ofrece unos resultados más precisos y un tratamiento de menor duración.
  • Brackets linguales: la opción perfecta para quienes no desean que los brackets sean visibles cuando sonrían. Esto se debe a que se colocan en la cara interna del diente, por lo que no son visibles a simple vista. Deben fabricarse personalizados para cada paciente y, por tanto, son más caros. Además, las personas que los usan tardan más tiempo en acostumbrarse a ellos que si apuestan por otras opciones.

Preguntas frecuentes sobre brackets metálicos

¿Molestan o duelen los brackets metálicos en la boca?

La respuesta es que no. Sin embargo, no podemos obviar que se trata de elementos extraños dentro de la boca y que, durante los primeros días de tratamiento y en las horas posteriores a las revisiones es normal que generen molestias en el sujeto. Además, ejercen una presión sobre los dientes que, en algunos casos, es bastante fuerte. También puede suceder que hagan daño en la boca si recibimos un golpe, algo que es habitual en los niños mientras juegan.

En cualquier caso, si el paciente detecta alguna llaga o herida en su boca como consecuencia de los brackets de su ortodoncia, debe acudir al dentista lo antes posible para que él sea el que valore la gravedad del problema.

¿Cuánto tiempo hay que llevar los brackets metálicos?

Durante todo el tiempo que dure el tratamiento. Este será más largo o más corto en función de la opción elegida y de la gravedad del problema que presente el paciente. Por lo general, una ortodoncia con brackets metálicos tiene una duración que oscila entre los 18 y los 36 meses.

¿Qué pasa si se me cae un bracket?

Los dentistas utilizan adhesivos de resina muy resistentes. Sin embargo, es posible que, a consecuencia de un golpe o de un alimento especialmente duro, se caiga algún bracket de tu boca. Si es así, no debes preocuparte. En primer lugar, recoge la pieza y guárdala en un lugar limpio. No intentes volver a colocártelo.

Posteriormente, llama al dentista, cuéntale lo que ha sucedido y pídele que te dé una cita lo antes posible. Esto es especialmente importante en el caso de que el arco se haya movido y te resulte molesto. Puedes intentar volver a ponerlo en su sitio, pero nunca has de forzarlo.

¿Hay algo que no pueda comer si llevo brackets metálicos?

No. Llevar brackets no supone que debas restringir tu dieta en modo alguno. Lo único aconsejable es que evites comer frutos secos y otros alimentos especialmente duros, así como aquellos que sean pegajosos (gominolas, chicles, cremas, etc.) o fibrosos. El motivo de esto es que podrás limpiarlos más fácilmente y reducirás el riesgo de que se acumule comida y se genere placa bacteriana.

Conclusiones sobre los brackets metálicos

Los brackets metálicos suponen una opción muy interesante en términos económicos y de resultados a la hora de realizar una ortodoncia. Elegir entre un tipo u otro dependerá, fundamentalmente, del presupuesto y de las necesidades estéticas del sujeto. Esperamos haberte sido de ayuda a la hora de resolver todas las dudas que pudieses tener al respecto.

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