Cuidar bien nuestros dientes es una garantía absoluta de salud y calidad de vida, ya que, aunque resulte extraño, lo cierto es que la boca puede ser el origen de muchas enfermedades y trastornos relacionados con la salud. Una escasa higiene dental y bucal puede provocar severos problemas no solo en los dientes en forma de caries, sino también en las encías como consecuencia de la acumulación del sarro y de la placa bacteriana.
La placa y el sarro generan multitud de bacterias que actúan dañando nuestra boca y la calidad de nuestra dentadura, debilitándola, produciendo sensibilidad y/o dolor, hinchazón, inflamación, abscesos…lo que puede llevar no solo a problemas graves mucho más allá de nuestra boca, como los problemas del corazón, o la pérdida irreparable de las piezas dentales.
Recomendaciones importantes para mantener unos dientes sanos
- Visitar al dentista con frecuencia, o al menos realizar una revisión anual siempre y cuando no se presenten problemas mayores.
- Lavarse los dientes después de cada comida o con un mínimo de dos veces al día.
- Utilizar después del cepillado el hilo dental para acceder a aquellas zonas a las cuales el cepillo de dientes no llega.
- Renovar el cepillo dental con una media de tres meses, ya que terminan acumulando bacterias y perdiendo la fuerza de cepillado que tuvieran en origen.
- Si se tiene algún tipo de ortodoncia o pieza dental extraíble, como las dentaduras postizas, es importante mantener dichas piezas también en perfecto estado de limpieza, ya que de no ser así las bacterias se pueden transferir a los dientes y a las encías una vez puestas.
- Evitar sustancias perjudiciales para la boca por su alta toxicidad, como el tabaco, que además de oscurecer los dientes puede dañar las encías.
- Utilizar otros elementos complementarios, como el enjuague bucal o los cepillos interdentales, para una limpieza mucho más precisa y completa.
El papel de la alimentación en el cuidado de los dientes
El consumo de determinadas sustancias, como los azúcares o la cafeína, puede hacer que nuestros dientes se dañen, por lo que mantener un consumo moderado de las mismas será fundamental para tener unos dientes sanos y fuertes. Debemos tener en cuenta que el azúcar, por ejemplo, debería constituir tan solo el 10{fbad0db301a99575ad20082a1061d7ded6efae12b2eb75c62aeb1355e4237d2b} de las calorías de nuestro cuerpo, por lo que es muy importante pensar lo que comemos para que este porcentaje no sea mucho mayor, sobre todo en el caso de los niños.
La transformación que el azúcar tiene en nuestro cuerpo hace que las bacterias que se generan al entrar en contacto con él se conviertan en ácidos, causantes de la reducción del PH en nuestra placa dental y de la aparición de las temidas caries y/o de la pérdida de minerales y proteínas del esmalte y de los dientes, respectivamente.
De manera que, para tener unos dientes sanos, no hay nada mejor que llevar una dieta equilibrada rica en vegetales, en frutas, en proteínas…nutrientes beneficiosos para el organismo, y respetuosos con dientes y encías. Y, en este sentido, es importante saber que existen determinados alimentos particularmente beneficios para nuestros dientes, como es el caso de la manzana, de la cebolla, del kiwi, del apio o, por supuesto, del agua.
Pero si una alimentación saludable no es suficiente y se presentan problemas en la boca como la sensibilidad al frío o al calor, que los dientes se muevan o duelan, o se produce hinchazón, enrojecimiento o sangrado en las encías, será fundamental consultar con el odontólogo para que determine cuál es el estado de nuestros dientes y, si existe algún problema concreto, cómo solucionarlo.
