Beber la cantidad de agua recomendada es uno de los retos que la mayor parte de la sociedad sigue teniendo pendiente, y es que no hay mejor remedio para una buena hidratación que un buen vaso de agua y, sin embargo, no suele ser lo que más apetece a la hora de hidratarnos o de quitarnos la sed. A pesar de que existen multitud de bebidas etiquetadas como isotónicas y vendidas como el producto más ideal para una buena hidratación, tanto de personas sedentarias como de aquellas que practican deporte, lo cierto es que ninguna de estas bebidas iguala al agua, debido a que contienen muchos azúcares añadidos que en poco o nada benefician el mantener una dieta sana y equilibrada.
Y es que tiene sentido que el agua sea el mejor antídoto contra la deshidratación, ya que los seres humanos estamos compuestos de alrededor de un 70{cac047fbf76ab2238ce60e4592ea0292045eb690632cddcf4cfb27f5053f2ced} de agua en nuestro cuerpo, y algo menos cuando ya somos adultos. Por tanto, el hecho de tener un porcentaje menor a lo recomendado puede ser perjudicial para nuestra salud y acarrear problemas como los trastornos circulatorios y/o de las articulaciones, problemas digestivos, irregularidades en la orina, dolores de cabeza, sequedad en la piel, etc.
Síntomas de la deshidratación más frecuentes
- Tener la boca seca y pastosa.
- Sentirse más adormilado o cansado de lo normal.
- Sentirse confundido, mareado o irritado.
- Tener un ritmo acelerado de respiración.
- Orinar con escasa frecuencia.
- Problemas digestivos y de estreñimiento.
- Entumecimiento, pinchazos y calambres musculares.
- Tener un color en la orina oscuro.
- En los casos más graves, fiebre o pérdida del conocimiento.
Pero, ¿cuál es la cantidad de agua recomendada?
Existen muchos debates acerca de la cantidad de agua necesaria para mantenernos sanos, pero lo cierto es que no existe una cantidad exacta, ya que dependerá de la persona en cuestión y de las características físicas de la misma. Lógicamente no necesitará la misma dosis de agua una persona que practique deporte a diario que otra que tenga un ritmo de vida absolutamente sedentario, pero en cualquiera de los casos, la dosis diaria consumida debería ser la de unos 2 litros de agua aproximadamente.
En este sentido debemos saber que el agua se encuentra en muchas bebidas y alimentos, con lo que la ingesta de agua directa puede acompañarse y complementarse, por ejemplo, con el consumo de frutas y verduras, por lo que no hay que agobiarse sin razón. Informarse sobre el tipo de alimentos que más cantidad de agua contienen puede ser una buena forma de habituarse a tomar la cantidad de agua recomendada sin demasiada presión, sobre todo para aquellas personas que manifiestan ser incapaces de beberse unos 8 vasos de agua al día. Tener botellas de agua a mano es también otra buena idea para poder ir tomando pequeñas dosis de agua en cualquier momento y lugar en el que nos encontremos. Si bebemos de manera continuada pequeños sorbitos de agua, podremos consumir la dosis recomendada sin necesidad de esperar a tener mucha sed.
Pero el nivel de hidratación de nuestro cuerpo no solo depende de aquello que bebamos y comamos, sino también de otros factores y rutinas que desarrollamos diariamente y de las que no somos conscientes, y a continuación te mostramos una breve lista con las 7 acciones más comunes a evitar para mantener un correcto nivel de hidratación en nuestro cuerpo:
- Consumir más agua durante las horas nocturnas que durante las diurnas.
- Beber agua solo durante las comidas.
- Consumir alcohol.
- Darse duchas con agua muy caliente.
- No beber agua durante la práctica de ejercicio.
- Beber solo refrescos para hidratarse.
- Beber solo bebidas isotónicas.
Concienciarnos acerca de la necesidad de beber agua a diario puede evitarnos muchos disgustos en cuanto al estado de nuestra salud, así como ayudarnos a mantener un peso mucho más saludable. Y es que el agua también ayuda a controlar las ansias relacionadas con la ingesta de comida, especialmente entre horas, haciendo entender a nuestro cuerpo que muchas veces lo que tenemos es falta de hidratación y no hambre. Un último punto de vital importancia para niños y ancianos, ya que son las personas que mayores dificultades tendrán para distinguir en su cabeza si están debidamente hidratados o no.
No debemos olvidar que escuchar a nuestro cuerpo es fundamental para mantener un correcto nivel de hidratación, así como alimentarnos de forma sana y equilibrada y vigilar la alimentación de aquellos que, por las razones que sean, no puedan hacerlo por sí mismos.