Cuando los niveles de azúcar en sangre se disparan, se origina en el cuerpo lo que se conoce como diabetes. El azúcar en la sangre se regula a través de una hormona que se conoce como insulina y, hablamos de diabetes cuando, o no se produce dicha hormona, o no funciona correctamente. En este sentido podemos hablar de dos tipos de diabetes:
- Diabetes de tipo 1. Casi siempre se presenta en personas jóvenes o niños, con motivo de un proceso autoinmune por el que determinados anticuerpos limitan la capacidad de producción de insulina hasta incluso llegar a eliminarla.
- Diabetes de tipo 2. La diabetes de tipo 2 aparece cuando nuestro cuerpo no puede usar la insulina de manera adecuada. Este tipo de pacientes presentan resistencia a la insulina, dicho en otras palabras. Es propia de adultos con edades más avanzadas.
La diabetes de tipo 2, que es la más común, puede prevenirse adoptando una serie de hábitos a nuestra vida. Son muchas las situaciones que podrían terminar desarrollando un proceso de diabetes en nuestro cuerpo, como por ejemplo el llevar un ritmo demasiado sedentario, una mala alimentación basada en el consumo de grasas y/o carnes rojas, el consumo de alcohol y tabaco, o incluso el hecho de padecer episodios frecuentes de estrés, ansiedad o depresión. Todos estos factores pueden ser una consecuencia previa de la diabetes, y conocerlos podría ayudarnos a tomar medidas aplicables en el día a día, como la ingesta de una alimentación sana y equilibrada.
Consejos fundamentales para prevenir la diabetes de tipo 2
- Practicar ejercicio regularmente disminuye las probabilidades de padecer diabetes, además de ayudar al mantenimiento de una dieta sana y equilibrada. La clave está en encontrar aquella actividad física que mejor se adapte al estilo y a la personalidad de la persona en cuestión.
- Alimentación. Podemos consumir grasas saludables para mantener alto el colesterol bueno, lo que es una garantía de éxito frente a la diabetes, así como consumir frutas, verduras, alimentos de grano…y reducir o eliminar de la dieta la ingesta de hidratos de carbono y de azúcares. La hidratación también es fundamental para conseguir ese equilibrio de nuestro cuerpo que nos aleje de la diabetes, y es que una de las características fundamentales de un diabético es su alto riesgo de deshidratación.
- Estrés. Eliminar el estrés es esencial para prevenir la diabetes, pero hablamos concretamente del estrés nutricional, consistente en la ingesta de una alimentación con un exceso de azúcares, por ejemplo, lo que genera un estado de “ansiedad” en nuestro organismo.
En concreto, en la alimentación es donde reside la clave mayor para prevenir no solo la diabetes de tipo 2, sino muchas otras enfermedades que podrían evitarse consumiendo los nutrientes adecuados y en las cantidades óptimas, eliminando al mismo tiempo todas las sustancias que perjudican nuestro organismo, como las harinas y los azúcares refinados o los ácidos grasos insaturados.
Las carencias de otro tipo de elementos, como el potasio, el zinc, la vitamina D o el magnesio, pueden ser propensas a padecer diabetes si no las corrigen, por lo que podría ser interesante en estos casos el consumo de determinados suplementos alimenticios que ayuden a paliar dichas carencias. Y es que este tipo de sustancias son fundamentales y mantienen una relación directa con la diabetes, como en el caso del zinc, que ayuda a la producción de insulina en nuestro páncreas, por lo que una carencia de dicha sustancia ya nos estaría ocasionando un problema claro en este sentido.
Por eso es tan importante conocer los beneficios que determinados alimentos pueden aportarnos, con el fin de alimentarnos correctamente o de procurar disminuir nuestros niveles de azúcar en sangre de manera natural, y a continuación presentamos una lista con algunos de los alimentos más recomendables para conseguirlo:
- Verduras de color verde oscuro, como las espinacas o la col rizada
- Frutos secos como las nueces
- Especias como la canela
- Lácteos, como el yogur y la leche
- Pescados ricos en Omega 3
- Tomates y aguacates
- Legumbres como las lentejas
- Frutas silvestres, como las moras o los arándanos
En definitiva, adoptar hábitos tan sencillos como la sustitución de las bebidas con azúcares por las que no los posean, aumentar el consumo de agua, ingerir grasas buenas contenidas en pescados como el salmón o el atún, sustituir los cereales blancos por los integrales, o las harinas refinadas por la harina de trigo integral, puede marcar la diferencia en lo que a la conservación de una buena salud se refiere. Y con respecto a la diabetes de tipo 2 de manera concreta, puede servirnos para no sufrirla o, si ya se padece, para que no derive en problemas mayores, como los de páncreas, los de insuficiencia renal, o los problemas oculares, todos ellos habituales en casos de diabetes avanzados y mal controlados.