Por ortodoncia entendemos aquella especialidad concreta de la odontología que se dirige, de forma específica, al estudio, la prevención y la adecuada corrección de una serie de alteraciones en la boca. Estas alteraciones hacen referencia a las formas y posición de los maxilares o de los dientes que se encuentran en el interior de la cavidad bucal.
Cuando la distribución morfológica de todas estas piezas dentales y las arcadas dentarias no es la adecuada, esa mala posición produce mordidas irregulares que dificultan la limpieza correcta. Esta situación provoca un notable incremento de los riesgos de pérdida de algunas de estas piezas, debido a la mayor incidencia de enfermedades periodontales y caries. No son los únicos perjuicios, ya que añaden una tensión adicional a todos los músculos que intervienen de forma habitual en la masticación y pueden causar molestias y dolores de diversa consideración tanto en la cabeza como en el cuello o la espalda, así como los tradicionales trastornos de la articulación temporomandibular (ATM).
Aun cuando esos problemas ya sean graves de por sí y aconsejen una corrección adecuada, existe además un componente estético indudable, porque la exhibición de dientes en posiciones o posturas inadecuadas e incorrectas desfavorece el aspecto facial general de forma considerable.
Ante estas situaciones, el objetivo directo que se fija la ortodoncia, a través de sus distintos métodos, es la movilidad estudiada y programada de las piezas dentarias. De esa forma, se busca la normalización de la oclusión, entendida como la forma en la contactan los dientes superiores con los inferiores. Las ventajas son obvias, ya que contribuyen al mantenimiento de una boca sana y alargan la vida útil de los dientes, ayudando a mantener un aspecto estético más agradable.
La ortodoncia es un tratamiento que requiere de un estudio detallado, un seguimiento especializado. Por eso, el ortodoncista recibe una formación específica complementaria de la que recibe como médico odontólogo, con diversas disciplinas y materias de especialización en la materia, así como una necesidad en formación contínua que permita la adaptación de los especialistas a los nuevos métodos de ortodoncia, tal y como las que realiza Ormco https://ormco.it/corsi-ortodonzia/ en todo el mundo.
Para determinar la necesidad de realizar un tratamiento de estas características, el ortodoncista elabora una historia odontológica y clínica completa de su paciente, con las pruebas que sean necesarias para aportar su diagnóstico, incluyen exámenes, fotografías, radiografías y tantos modelados en yeso o escayola de sus dientes como sean precisos. Solo tras ese estudio el ortodoncista determinará el tratamiento y método adecuado, desarrollando el programa adecuado para ese tratamiento.
La efectividad de la ortodoncia en los problemas dentales
Básicamente, se puede afirmar que la ortodoncia resulta efectiva en una serie de afecciones que están habitualmente relacionados con los problemas de mordida, como la denominada sobremordida, situación en la que las coronas correspondientes a los dientes superiores anteriores llegan a cubrir, casi de forma completa, las pertenecientes a los dientes inferiores. En su forma más extrema, se denomina retrognatismo, cuando la mandíbula inferior está en posición retrasada, en relación con la mandíbula superior.
Otro de estos problemas tradicionales es la submordida, que se produce cuando los dientes inferiores están extendidos en exceso hacia la parte delantera de la boca o bien resultan estar posicionadas hacia atrás las piezas superiores. Si es la mandíbula inferior la que se muestra adelantada, comparada con la superior, estamos ante un caso de prognatismo.
El diagnóstico de mordida cruzada hace referencia a la situación en la cual, en la mordida normal, los dientes de la mandíbula superior no caen de forma leve ante los dientes inferiores anteriores o por fuera de los inferiores posteriores. En suma, en este caso los dientes de arriba sobresalen, ya sea por fuera o por dentro de las piezas de la mandíbula inferior. Si las piezas superiores cubren más de la mitad de los inferiores, cuando se cierra la boca, se trata de una mordida cubierta y existe otra modalidad, denominada mordida borde a borde que se encuentra en un término medio entre la mordida normal y la cruzada, considerada menos perjudicial ya que solamente se produce el contacto de las cúspides de los dientes en los bordes.
Se habla de mordida abierta cuando existe un espacio abierto en alguna de las superficies de mordida, mientras que el resto de superficies están cerradas, con el contacto de dientes superiores e inferiores. En muchas ocasiones, está situación está provocada por el abuso de chupetes durante la infancia o la costumbre de chuparse el pulgar.
Otras complicaciones susceptibles de corrección mediante la ortondoncia son los problemas de línea media desplazada (cuando la línea de carácter meramente imaginario que sirve para dividir el centro de los dientes superiores anteriores no se alinea correctamente con la que correspondería a las piezas dentales inferiores), el espaciamiento o diastema, cuando existen espacios y separaciones entre dientes o el apiñamiento, que responde a la existencia de dientes demasiado grandes para acomodarse de forma correcta en su espacio propio de los maxilares.
Tipos de aparatos de ortodoncia
Para llevar a cabo el tratamiento ortodóncico se utilizan una serie de aparatos especiales que se encargan de mover las piezas dentales, modificar el desarrollo de las mandíbulas y entrenar diferentes músculos, aplicando una presión suave y estudiada sobre huesos y dientes.
- Ortodoncia con aparatos fijos. Estos aparatos se instalan en la boca con la intención de que prosigan en su posición en tanto continúe el tratamiento. Los más habituales consisten en un sistema formado por un conjunto de brackets, elementos metálicos y cerámicos adheridos a los dientes y diferentes arcos de metal. Su principal virtud es la de desplazar individualmente cada pieza dental y para ello es necesaria una colocación precisa y meticulosa de los elementos que la componen. En la actualidad, existe una variedad diferente de brackets que va desde los visibles en metal o cerámica a los transparentes, colocados en la cara externa del diente y los denominados invisibles, por ocupar la parte interna del mismo (ortodoncia lingual). El mayor problema de este tipo de ortodoncia fija es la dificultad que puede suponer para una adecuada higiene bucal, lo que a veces se asocia con una mayor inflamación gingival y sangrado de las encías.
- Ortodoncia con aparatos removibles. Estos aparatos, también conocidos como “placas”, pueden removerse para una mejor limpieza, evitando así los problemas que a veces provocan los dispositivos fijos. Cuando se colocan, aplican presiones controladas por elementos mecánicos como tornillos, resortes o arcos, sobre aquellos dientes que se quieren desplazar.