Recibir la noticia de que se necesitan implantes dentales puede resultar ser un shock inicial, sobre todo porque tal vez no sepamos muy bien qué tipos de implantes hay ni qué son exactamente, si duelen, no duelen o en cuánto tiempo se pueden tener puestos. De hecho las técnicas de implantología dental han evolucionado tanto que dentro de los tipos de implantes dentales podemos encontrar los implantes en un día, consisten en una técnica muy novedosa mediante la cuál te vas con los implantes colocados en una sola sesión.
Así que, para despejar todas las dudas que puedan surgir tras el diagnóstico de la necesidad de implantes por parte del odontólogo, hemos creado este artículo. Continúa leyendo y descubre cuáles son las opciones que tienes y qué tipos de implantes dentales hay disponibles en el mercado.
Qué es un implante dental
Los implantes son piezas de tamaño pequeño que se insertan debajo de nuestras encías, encajadas en el hueso, y sirven para cumplir la misma función que cumplen las llamadas “raíces”, encargadas de mantener sujetos a nuestros dientes naturales.
Los implantes se fabrican habitualmente en titanio, y podemos encontrarlos de diferentes tipos, aunque los utilizados más comúnmente son: los implantes endosteales, los implantes subperiósticos y los implantes cigomáticos. Veamos ahora cada uno de ellos con más profundidad.
Tipos de implantes dentales
Implantes endoóseos o endosteales
los implantes endosteales o endoóseos, son los implantes más comunes y utilizados, y lo son porque tan solo necesitan una mandíbula en buenas condiciones para que se pueda insertar correctamente y que fusione bien con nuestro hueso mandibular. Estos implantes son como postes con forma de tornillos que van colocados en la mandíbula, como decimos, y sobre ellos se colocarán después los dientes postizos hasta que veamos que encajen con el resto de dientes. Este tratamiento requerirá de un tiempo no solo para que la boca sane, sino también para que el implante se fusione bien y se haga fuerte. Eso sí, debemos tener en cuenta que los dientes postizos no se podrán colocar hasta que esto último haya ocurrido.
Implantes subperiósticos
El segundo tipo de implante dental más utilizado es el llamado “implante subperióstico”, y suele ser la opción elegida cuando los implantes no pueden fijarse a la mandíbula por el motivo que sea. Estos implantes, a diferencia de los primeros, también descansan en el hueso pero no a tanta profundidad (sin llegar a la mandíbula), es decir, todavía por debajo de la encía. Para realizar el procedimiento debe colocarse un marco metálico bajo la encía, como decimos, junto a un poste. Una vez la encía se restablezca y sane para mantener el marco en su sitio, se podrán poner los dientes postizos. Como vemos es un proceso parecido al endosteal, pero que suele llevarse a cabo cuando el paciente no tiene ya suficiente hueso maxilar, por lo que los nuevos dientes no podrán simular tanto a un diente auténtico como con el implante endoóseo.
Implantes cigomáticos
los implantes cigomáticos son los menos utilizados en el mundo de la odontología, y una de las razones es que se trata del proceso más complejo. Las razones de su utilización son las mismas habitualmente que las del implante subperióstico, y es que se trate de un paciente que ya no tenga suficiente mandíbula para aceptar un implante más estable y profundo. El implante cigomático deberá colocarse en el pómulo, y a menudo es opción cuando ninguno de los dos anteriores implantes es posible.
Otros tipos de implantes dentales disponibles
Aunque los tres tipos de implantes dentales que acabamos de citar son los más comunes, existen bastantes más opciones a las que se puede recurrir según los casos y con la conveniente recomendación por parte del dentista:
Implantes dentales all on 4
Este tipo de implante, mucho más actual, se usa como alternativa cuando se van a colocar varios dientes a la vez y no solo uno, ya sea en la mandíbula superior o en la inferior. La pieza constará en concreto de cuatro dientes o implantes dentales que se colocarán en el hueso sin necesidad de injertos. Habitualmente se le dará al paciente una pieza temporal para que la boca se vaya haciendo a la pieza definitiva. Con este tratamiento el tejido deberá curar y sanar más que para la colocación de una sola pieza, por lo que suele recomendarse la ingesta de una dieta blanda hasta que los implantes se vayan adhiriendo al hueso. La colocación de la pieza permanente puede variar en tiempo, pero suele realizarse en unos seis meses.
Implantes de carga inmediata
Estos implantes permiten trabajar de una forma rápida y bastante eficaz, pues se puede añadir un diente temporal el mismo día que nos fijen el implante. Sin embargo, debemos tener en cuenta que este tipo de implante solo podrá hacerse cuando se disponga de suficiente hueso, pues de lo contrario la boca no tendría fuerza para soportar la presión del diente temporal.
Implantes dentales de tipo “mini”
Estos implantes, como su propio nombre indica, son muy pequeños (del tamaño de un palillo) y muy estrechos, y se usan generalmente para hacer que las dentaduras inferiores tengan estabilidad. A pesar de que este sistema no es de los más nuevos, sigue siendo utilizado muchas veces como opción a la hora de trabajar con implantes dentales.
Como podemos ver, son muchas las opciones disponibles a la hora de enfrentarse a la pérdida de los dientes naturales, por lo que no está todo perdido y podremos volver a sonreír con el asesoramiento adecuado y con la ayuda de profesionales experimentados. Que nuestro dentista nos recomiende más unas opciones que otras, o que incluso algunas las descarte completamente, dependerá del buen estado de nuestra boca, de nuestra edad, de nuestros hábitos…pero siempre habrá opciones que estudiar y a las que recurrir, por lo que no hay que preocuparse.